Aspiraciones,
realidades y gerencia para resultados.
Por
Mayobanex De Jesús Laurens.
Los
candidatos presidenciales en las campañas electorales de la República
Dominicana son sometidos a intensos debates televisivos, radiales y de medios
escritos que los hacen comprometerse con las ocurrencias de la sociedad civil
para un mayor incremento del gasto, nunca para un aumento de los ingresos del
Estado.
En
cada encuentro, los pedidos son desmedidos, todos girados a disparar el gasto
estatal sin medir consecuencias, pues los intereses mediáticos para sus
representados es lo importante en ese momento.
Un
gobierno se compone de ministerios, instituciones centralizadas y
descentralizadas a los que tienen por ley asignaciones presupuestarias que
forman parte de los ingresos proyectados cada año.
Para
dar respuestas a los reclamos a las áreas de de educación, salud, viviendas,
carreteras, turismo, agropecuaria, justicia, ayuntamientos, programas sociales
y más obras provinciales se requiere de un presupuesto de muchos millones de
pesos, un equilibrio del gasto y mejor orientación de las inversiones del
gobierno.
Los
ingresos del Estado se obtienen por la vía de los impuestos, préstamos, y los
llamados “extraordinarios”, que vienen por medio de las donaciones de programas
de otras naciones.
Para
incrementar los ingresos se requiere eficientizar el sistema tributario o incrementar
los impuestos, algo impensable a la hora de establecer un diálogo con los que
reclaman mayor inversión para sus intereses.
Danilo
Medina, el presidente electo de todos los dominicanos, a partir del 16 de
agosto, tiene el gran reto de administrar los recursos que actualmente recibe
el gobierno y gobernar con ellos estatizados, o abocarse a dar un giro a las
recaudaciones con una gran reforma fiscal integral que desburocratice el actual
sistema tributario, amplíe su base y desmonte otros que son un estorbo.
El
momento es adecuado y oportuno para dirigir la proa visionaria hacia un plan de
reforma integral y estructural en varias áreas: educación, salud, fiscal,
laboral, policial, Fuerzas Armadas y seguridad ciudadana.
Cuatro
años de tranquilidad, sin elecciones intermedias, con un congreso a su favor,
solo bastaría con invitar a todos los sectores, crear equipos de técnicos en esas
áreas ya descritas, establecer la ruta crítica de las discusiones y trabajar
hacia una sociedad en desarrollo, competitiva, para blindarla a las
incertidumbres globales del futuro inmediato.
Un
gobierno sobre la base de las aspiraciones de un pueblo, administrando sus
realidades y aplicando gerencia para el logro de resultados positivos a corto
mediano y largo plazo.